Piense por un instante en quienes están más próximos: su esposa, su esposo, sus hijos, sus padres, sus hermanos, sus amigos. Medite en el hecho de que tarde o temprano, cuando menos lo esperemos, partirán ellos o lo haremos nosotros. Y no habrá tiempo quizá para despedidas.
Fernando Alexis Jiménez | Director del Instituto Bíblico Ministerial
Decir adiós no es fácil. Se nos forma un nudo en la garganta, se siente que las lágrimas están a punto de brotar y una sensación indescriptible de incertidumbre nos nubla el pensamiento. Si el que se va no vuelve ¿Qué nos queda? ¿Por qué no aprovechamos esos tiempos de amistad?… Y esas diferencias de opinión que no faltan ¿pudieron evitarse? Seguro que sí… Seguir leyendo «Estamos a tiempo para corregir errores»