Dependa de Dios para avanzar victorioso


Desconocemos cuál sea su situación personal y familiar. Lo que sí podemos asegurarle es que, entregando su vida y dificultades en manos del Señor, saldremos victoriosos, sin importar el tipo de adversidad que estemos enfrentando.


Fernando Alexis Jiménez | Director del Instituto Bíblico Ministerial


Depender de Dios y dejar de lado nuestra autosuficiencia no es nada fácil. Y no lo es porque, generalmente, queremos tener el control de todo cuanto nos ocurre, y hacer las cosas a nuestra manera. Utilizar los métodos que consideramos nos han rendido buenos resultados.

Piénselo. ¿Cuántas veces ha incurrido en errores por depender de sus propias fuerzas y no del poder de Dios?

Hemos caído en tremendos equívocos en la relación conyugal, en la interacción con nuestros hijos y en el trato con otras personas. Sin embargo, hoy es el día para emprender el camino. ¿De qué manera? Depositado toda nuestra confianza en el Señor.

UNA SOLUCIÓN BÍBLICA 

Cuando cruzaban el desierto de camino hacia la tierra prometida, los israelitas aprendieron el valor de la confianza en Aquél que todo lo puede.

En la Palabra leemos:

“Así partieron del monte de Jehová camino de tres días; y el arca del pacto de Jehová fue delante de ellos camino de tres días, buscándoles lugar de descanso.  Y la nube de Jehová iba sobre ellos de día, desde que salieron del campamento.” (Números 10: 33, 24 | RV 60)

Dios sabe qué debemos hacer y cuál es el momento oportuno. El rey Salomón lo dejó muy claro cuando en el libro de los Proverbios 3: 5, 6 nos llama a confiar en el Padre celestial y no en nuestras habilidades.

“Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.”

Hay, por supuesto, otros textos bíblicos que nos alientan a caminar prendidos de la mano de Aquél que todo lo puede y que le invitamos a leer cuidadosamente: Salmo 91:1-2, Salmo 143:8, Proverbios 16:3; Jeremías 17:7-8; Isaías 43:2; 1 Juan 5:14 y 2 Corintios 5:7, entre otros.

Desconocemos cuál sea su situación personal y familiar. Lo que sí podemos asegurarle es que, entregando su vida y dificultades en manos del Señor, saldremos victoriosos, sin importar el tipo de adversidad que estemos enfrentando.

EL PODER DE DIOS A NUESTRO FAVOR

Cuando clamamos al Señor, Él libera todo Su poder a favor de nosotros y de la familia. Por supuesto que dar ese paso demanda romper con muchos paradigmas que quizá hemos venido arrastrando hasta hoy.

Uno de ellos, la autosuficiencia. Al hacerlo, es decir, cuando aprendemos a confiar y depender de Dios, los resultados serán sorprendentes.

Para concluir, si aún no ha recibido a Jesucristo en su corazón, hoy es el día para que lo haga. Permita que Él obre poderosamente en su existencia y en la familia.


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