7 pasos para triunfar en la vida personal y familiar


Son siete pasos que pueden resultarle de mucha ayuda. Basta que haga un listado de aquellos proyectos — incluso su familia — en los que no ha alcanzado el éxito aún y que debe reemprender.


 Fernando Alexis Jiménez | Editor de la Revista Vida Familiar | @VidaFamiliarCo


Le invito para que se tome unos pocos minutos y, de camino al trabajo o quizá mientras toma el almuerzo o regresa a casa, mire a las personas que caminan junto a usted en la calle. ¿Podría identificar los rostros de personas fracasadas y de aquellas que son victoriosas en todo cuanto emprenden? Probablemente me dirá que no es fácil, y en eso tiene la razón. Seguir leyendo «7 pasos para triunfar en la vida personal y familiar»

¿Alguna vez pensó con quien se casaría?


El flechazo del enamoramiento llega cuando menos lo esperamos. El problema es que, a veces, terminamos comprometidos con quien menos debiéramos. Obedecemos al corazón y no a la razón.


Fernando Alexis Jiménez | Editor de la Revista Vida Familiar | @VidaFamiliarCo


¿Alguna vez imaginó con quién se casaría? ¿Acaso ya tenía previsto quién estaría a su lado para toda la vida? ¿Considera que es algo espontáneo? Por cierto, que no. Como es algo que está fuera del alcance de nuestras manos, es importante que le pidamos orientación a Dios antes de dar ese paso. Seguir leyendo «¿Alguna vez pensó con quien se casaría?»

5 principios eficaces para edificar familias sólidas


Todos anhelamos la edificación de familias sólidas. Hogares donde podamos disfrutar de la relación, del diálogo y del propósito de soñar en grande. ¿Es posible? Por supuesto que sí, con ayuda de Dios.


 Fernando Alexis Jiménez | Editor de la Revista Vida Familiar | @VidaFamiliarCo


Si usted está vivamente interesado en fortalecer su relación de pareja y, de paso, ejercer una influencia transformadora sobre sus hijos, es importante que se formule dos preguntas que marcarán impacto en su vida: ¿Qué estoy invirtiendo en mi familia?, y la segunda: ¿Qué estoy dispuesto a sacrificar por mi familia? Seguir leyendo «5 principios eficaces para edificar familias sólidas»

¿Cómo superar la depresión con ayuda de Dios?


Hay dos elementos que van de la mano cuando se atraviesa un período depresivo. El primero, estar dispuesto a consultar un médico y, el segundo que reviste singular importancia, volver la mirada a Dios. Cuando lo hacemos, entregamos en Sus manos, todas las cargas que venimos arrastrando.

Se la conoce como una enfermedad silenciosa. No es solamente una tristeza profunda que se maneja con una actitud positiva. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), quien atraviesa un cuadro de depresión experimenta tristeza, irritabilidad, sensación de vacío, una pérdida del disfrute de la vida o el desinterés en diferentes actividades, la mayor parte del día, casi todos los días, durante al menos dos semanas.

El estimativo científico es que aproximadamente 280 millones de personas padecen depresión en todo el mundo, lo que representa un 3,8% del estimado de la población, según la OMS. Los episodios amenazan con tornarse recurrentes.

Generalmente quienes enfrentan esta situación, dejan de ser funcionales. “Mis días se tornan eternos, grises”, confesó Ana Lucía, una ama de casa que, sin saber cuál era la causa real de su desesperanza, llegó a contemplar la posibilidad del divorcio.

Karen Martínez, miembro del Comité de Salud Pública Asociación de Ansiedad y Depresión de Estados Unidos, una organización dedicada a la prevención, el tratamiento y la cura de varios trastornos como la ansiedad y la depresión, lo explica en los siguientes términos: «Cuando hablamos de la depresión, aludimos a una tristeza persistente que no te deja funcionar en la cotidianidad«.

De acuerdo con la especialista, las razones pueden ser múltiples:  La respuesta a un evento de pérdida que experimenta una persona, la pérdida de una persona cercana, una decepción, o algo que pueda hacerla cuestionar sobre el sentido de la vida, de si hay esperanza y de si debe seguir adelante.

Hay quienes, en estas etapas críticas, no pueden levantarse de la cama; bañarse es todo un reto y, en muchos casos, no quieren salir de la habitación. Comer se vuelve un desafío porque el apetito se pierde progresivamente y la esperanza de un futuro no existe.

ENFRENTE LA DEPRESIÓN

Uno primer gran paso, es admitir que algo está ocurriendo. Y ese “algo” no es normal. Así las cosas, lo ideal es acudir al médico. El profesional direccionará la ruta a seguir.

Recuerde que no se trata de salir como consecuencia de “voluntad”, porque interiormente hay factores diversos como el estado emocional, que convergen para convertir cada jornada en algo difícil.

En ese orden de ideas:

  • Asumir que renunciar a todo y a todos no es el camino, como tampoco, pensar en “soluciones” extremas como el suicidio.
  • Procurar asumir el control de los pensamientos porque, durante la depresión, el cerebro está “apagado”. Sencillamente pareciera que no quiere funcionar.
  • No auto juzgarse, partiendo de la base que alguien que tiene una percepción negativa de sí mismo y con carencia de valor, asume que el resto lo ve de la misma forma y se aísla socialmente.
  • Tener claro que la depresión es una afectación más común de lo que imaginamos.
  • Mirar el entorno. Se cuenta con familiares y personas que le valoran. Quizá se ha pasado inadvertido el asunto.
  • Hacer un alto a una vida descontrolada, si se ha tenido, porque es uno de los factores detonantes al sentimiento de culpa. También la sobrecarga de trabajo, la sobreprotección a los demás y querer resolverles los conflictos a todas las personas.
  • De la mano con consultar a tiempo con un facultativo que le oriente sobre lo que, médicamente está ocurriendo, hay un aspecto que ayuda muchísimo, la oración.

Cuando vamos al Padre celestial, podemos entregarle todo lo que alberga nuestro corazón y que, emocionalmente, nos hace sentir mal.

Recuerde las palabras del Señor Jesús:

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.  Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.” (Mateo 11:28-30 | RV 60)

Él Señor nos conoce desde cuando estábamos formándonos en el vientre de nuestra madre y, por tanto, sabe cómo nos encontramos y de qué manera ayudarnos:

«Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano. Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender.» (Salmo 139:1-6 | RV 60)

NO DEPENDA EMOCIONALMENTE DE NADIE

Todos somos únicos e irrepetibles. Es una realidad que no podemos desconocer ni olvidar. En ese orden de ideas, ocupamos un espacio valioso que Dios nos concedió desde antes de la creación del mundo y tenemos un propósito eterno que cumplir, durante nuestro tránsito terrenal.

Sobre esa base, una de nuestras prioridades debe ser la de vivir para el Señor, desarrollar intimidad con Él para que nos guíe en cada nuevo paso y no depender emocionalmente de nadie, procurando que su aceptación, fortalezca nuestra autoestima. Sería un grave equívoco.

Ahora, en el proceso de superar la depresión, es esencial el apoyo del entorno familiar. Karen Martínez, miembro del Comité de Salud Pública Asociación de Ansiedad y Depresión de Estados Unidos:

«Para ayudar a una persona con depresión es necesario demostrarle afecto y preocupación, apoyo y demostraciones de amor. No cuestionarle de manera inmisericorde, sino procurar ponerse en sus zapatos, para ver la realidad desde la óptica de esa persona.

En medio de las circunstancias que esté viviendo, no olvide que es esencial permitir que Jesucristo tome el control de su vida y su hogar. Puedo asegurarle que su existencia no será la misma. Ahora le invito para que asuma el hábito de hablar con Dios cada día mediante la oración, leer la Biblia para entender qué principios de vida nos traza allí y acercarse a la congregación cristiana más próxima a usted.


© Fernando Alexis Jiménez – Ministerios Vida Familiar – #RadioVidaFamiliar


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Su gran desafío, ser un buen padre


Generar un clima de entendimiento, parte de nosotros los padres. Tendemos puentes de diálogo y contribuimos decididamente en el mejoramiento de las relaciones, cuando aceptamos nuestros errores.

Uno de los problemas que se ha tornado común en muchos hogares, es la dificultad para mantener unas relaciones sanas entre padres e hijos. Cada día es más evidente el resquebrajamiento en ese esquema, que sería el ideal: entendimiento, armonía, comprensión y tolerancia entre los componentes de la familia.

De un lado los adolescentes y jóvenes se quejan:

  • Dicen que nunca o pocas veces reciben expresiones de afecto de sus padres.
  • Uno de cada cuatro jóvenes nunca tuvo una conversación significativa con sus progenitores.
  • Los padres, en criterio de adolescentes y jóvenes, son inaccesibles.

El asunto es complejo porque las relaciones en el esquema padres-hijos es fundamental. ¿Por qué motivo? Porque sienta las bases para…

  • El desarrollo emocional.
  • Una vida de realización
  • Seguridad

Para definir el proyecto de vida de los hijos.

¿Qué debemos hacer? Hay por lo menos tres pasos que les recomendamos:

  • Hacer un alto en el camino para evaluar errores
  • Invertir nuestra vida y el tiempo con los hijos.
  • Ser amigos de los hijos.

Le animamos a leer lo que escribe el apóstol Pablo:

«Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.»(Romanos 12. 18 | RV 60)

Generar un clima de entendimiento, parte de nosotros los padres. Tendemos puentes de diálogo y contribuimos decididamente en el mejoramiento de las relaciones, cuando aceptamos nuestros errores.

Permítanos preguntarle: ¿Ya recibió a Jesucristo en su corazón como su único y suficiente Salvador? Es hora de hacerlo. Permita que Cristo reine en su vida y en su hogar. Es la mejor decisión que podemos tomar.


© Fernando Alexis Jiménez – Ministerios Vida Familiar – #RadioVidaFamiliar


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5 razones para pedir un milagro


No hay familia donde no se requiera de un milagro. Puede ser físico, espiritual o económico. Piénselo. Quizá la relación conyugal en crisis, o dificultades en la interacción con los hijos. Ese milagro está a nuestro alcanza cuando volvemos la mirada al Padre celestial.

No fue necesario un examen prolongado para descubrir que una fiebre tan alta era la consecuencia de la enfermedad que la tenía en cama por varios días. El rostro de la mujer lucía demacrado. Los ojos, otrora vivaces, estaban apagados. Sudaba copiosamente. Todos en casa estaban preocupados. A su manera, ella era quien dinamizaba la vida familiar.

–No se puede estar quieta—dijo una de sus hijas–. Siempre ocupada en algo.

Esa misma preocupación embargó a Pedro. El Señor Jesús se percató cuando estaban en la sinagoga. Al terminar el servicio, se dispuso a visitarla.

Dice la Palabra:

«E inclinándose hacia ella, reprendió a la fiebre; y la fiebre la dejó, y levantándose ella al instante, les servía.» (Lucas 4: 39 | RV 60)

La escena es reveladora sobre la transformación física y espiritual que se produce cuando le abrimos las puertas de nuestra vida y de nuestro hogar a Jesucristo. Nada vuelve a ser igual.

En casa de Pedro se presentaron cinco situaciones:

  • Había una necesidad latente.
  • Humanamente esa necesidad era imposible de resolver.
  • La única solución estaba en Dios.
  • Todos en casa reconocieron que requerían un milagro.
  • Ante la necesidad, todos permitieron que cambiaran las circunstancias al abrirle las puertas del hogar a Jesucristo.

No hay familia donde no se requiera de un milagro. Puede ser físico, espiritual o económico. Piénselo. Quizá la relación conyugal en crisis, o dificultades en la interacción con los hijos. Ese milagro está a nuestro alcanza cuando volvemos la mirada al Padre celestial y disponemos nuestro corazón para ser transformado por su poder ilimitado.

Para concluir, si aún no ha recibido a Jesucristo en su corazón, hoy es el día para que lo haga. Permita que Él obre poderosamente en su existencia y en la familia.


© Fernando Alexis Jiménez – Ministerios Vida Familiar – #RadioVidaFamiliar


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